Por qué el principio de curiosidad es clave en el desarrollo cerebral
Según las neurociencias, el cerebro humano se mueve por el sentido de la curiosidad, una función primordial para poder adaptarnos a los distintos retos de la vida. NA dialogó con una experta acerca de su función en las distintas etapas de la vida y la relación que existe con el estrés y la ansiedad.
La curiosidad es la herramienta más importante que tiene el ser humano en la búsqueda del conocimiento: Es lo que lo permite y motiva a ir detrás de la incertidumbre para satisfacer los interrogantes que se nos plantea a diario. Así lo demuestran distintas investigaciones, entre ellas, las realizadas en los últimos años en el departamento de ciencias cerebrales y cognitivas de la Universidad de Rochester, que afirman que la curiosidad es uno de los impulsos humanos más importantes y, sin embargo, hasta el día de hoy, no se le ha dado la importancia que merece.
Desde las neurociencias se afirma que el cerebro humano se mueve por el sentido de curiosidad, la que abre la puerta de entrada al conocimiento. Teniendo en cuenta su rol protagónico, en diálogo con la educadora experta en neurociencias Eli Delacour, NA consultó acerca de la importancia de habilitar la curiosidad, sobre todo en los primeros años de vida, y sus repercusiones en la adultez. El papel del estrés y la ansiedad también depende de cuán curiosos se nos permitió ser de pequeños.
“Como principio de adaptación, la curiosidad es fundamental tanto en los animales como en los seres humanos. Es en ese deseo insaciable de explorar y poder comprender el mundo que nos rodea que tenemos la oportunidad de atravesar la incertidumbre y obtener nuevas respuestas que, a su vez, logran generar conexiones neuronales”, asegura la experta.
Dos tipos de curiosidades: Epistémica e intelectual
Según cuenta Delacour existen el tipo de curiosidad Epistémica y el tipo de curiosidad intelectual.
La primera, la curiosidad epistémica, está motivada por la “incerteza intelectual y conductual” y tiene como función principal incentivar la búsqueda de nuevos conocimientos. ¿Cómo lo hace? “Puede ser a través de formular preguntas, como sucede naturalmente en los niños en la típica edad de los “por qué”. De grande, se observa en personas interesadas en recibir y obtener información en el marco de un aprendizaje que pueda satisfacer sus intereses personales: buscan respuestas a sus propias preguntas», cuenta.
Por otro lado, explica que el tipo de curiosidad intelectual está directamente relacionada a todo lo referido a la inteligencia. “Por ejemplo, en la etapa escolar se rige por obtener buenas calificaciones. Es una curiosidad que se basa solamente en el saber, a diferencia de la curiosidad epistémica que está en el interés y la motivación por resolver las propias dudas vitales. O, dicho de otro modo, de poder ponerle nombre a la incertidumbre que generan ciertos temas”.
“Al ser humano no le gustan los agujeros cognitivos”, agrega Delacour y explica que son nombrados así aquellos “periodos de incertidumbre” que a todas las personas les toca vivir en algún momento de la vida. Entonces, para llenar ese vacío se busca información, y ésta se obtiene gracias al principio de curiosidad, el medio para alcanzar un nuevo saber”.
Es decir, que cuanto más desarrollado se encuentre este principio, más capacidad tendrá una persona de anteponerse al miedo que siempre subyace a lo desconocido y avanzar en la búsqueda de conocimiento.
-Qué pasa cuando una persona pierde el interés por aprender. ¿Se apaga la curiosidad? ¿Qué cosas de la sociedad actual consideras que pueden “apagarla”?
-Sí, cuando la curiosidad desaparece se pierde el deseo de aprender. A esa persona ya no le interesará conocer el mundo que lo rodea. Con respecto a aquellas situaciones o personas que pueden ayudar a que se apague la curiosidad, creo que hay que observar qué pasó en la infancia. Muchas veces el miedo de los padres y madres terminan por apagar esa curiosidad innata y necesaria para un buen desarrollo. Porque la curiosidad necesita de un lugar y un espacio seguro para poder desarrollarse, sino cuenta con éste puede que “el miedo a lo desconocido” esté pensando más que el deseo de explorar.
Es común observar que las familias que por miedo a lo que pueda llegarle a suceder a su hijo/a cuando intentan descubrir qué hay detrás de lo desconocido, acercan las respuestas dentro de su medio seguro y así, terminan por tapar la curiosidad inicial.
La relación con el estrés y la ansiedad
La curiosidad humana va a depender siempre del interés que cada persona tenga (o logre desarrollar) en relación a descubrir cosas nuevas. Y esto va a depender del miedo que nos provoque descubrir lo desconocido: de cuánto vamos a arriesgarnos. “Si bien esta capacidad se desarrolla principalmente en la infancia, luego nos acompaña a lo largo de toda la vida generando más o menos estrés ante cada nueva situación que se nos presente”, subraya Delacour.
Y lo ejemplifica así: “El niño que se estresa ante la posibilidad de exponerse a algo nuevo o desconocido, es probable que al crecer sea resistente a ir a una fiesta de llena de gente desconocido, o que más tarde, le cueste cambiar de trabajo por miedo a conocer gente nueva ya que siempre pesó más el miedo que la curiosidad, en tanto, la respuesta esperable ante lo desconocido va a estar cargada de temor, estrés y resistencia”. Los niños que responden con estrés ante las nuevas experiencias van a tener menos oportunidades para saciar la curiosidad porque están compitiendo con el miedo generando cierta ansiedad y poca tolerancia a la frustración. En cambio, cuando se incentiva la posibilidad de ir detrás de lo desconocido y animarse a encontrar nuevas respuestas a pesar de tener miedo, se aprende a tolerar mejor el estrés y la ansiedad”.
-¿Qué rol cumple la tecnología en relación a la curiosidad: la potencia o la anestesia?
Eso dependerá de cómo la usemos. Puede ser una gran aliada para promover la curiosidad a toda edad gracias a las plataformas que nos ofrecen tutoriales y nos explican paso a paso como hacer o resolver casi cualquier cosa, incluida la Inteligencia Artificial y el chat GPT, generando nuevas conexiones neuronales al lograr adquirir ese conocimiento y además, ponerlo en práctica. Pero siempre teniendo en cuenta que hay que delimitar su uso de acuerdo a cada edad y a la información que uno desea obtener.
En el caso de las infancias, la información a la que se busque acceder siempre debería ser observada y delimitada por los adultos responsables.
Fuente: NA